El contacto y el servicio al cliente es uno de los motivos principales por los que un restaurante puede triunfar o fracasar. Por ello, debemos ser cuidadosos a la hora de seleccionar a nuestro personal. En este caso, a nuestros camareros. Aquí van algunas de las cualidades indispensables:

• Formación: Cuanto más sepa acerca del funcionamiento del restaurante, la elaboración de los platos, la carta de vinos o cervezas, mejor podrá desempeñar su trabajo. Además, si cuenta con conocimientos sobre protocolo, manipulación de alimentos o idiomas siempre será un plus
• Empatía: En una profesión en la que se está constantemente de cara al público por lo que es indispensable saber escuchar, actuar con educación y respecto, estar atento, e incluso, saber adelantarse a las necesidades del cliente. Si el cliente no ha comido demasiado no está de más preguntarle si estaba a su gusto o desea algo más.
• Paciencia: Los clientes suelen tardar en decidir lo que van a tomar y debemos dejar que se tiempo, es recomendable preguntar si se ha terminado antes de recogerlo, etc.
• Trabajo en equipo: El personal de un restaurante debe estar dispuesto a colaborar, y compartir tareas en un equipo numeroso y complejo.
• Eficacia y experiencia: Tanto la una como la otra orientadas a ofrecer un servicio de calidad.
• Actitud positiva: Una buena actitud es contagiosa y muy positiva tanto de cara al cliente como de cara a los compañeros.
• Motivación: La motivación permite trabajar mejor y es el camino que lleva a la excelencia.
• Orientación a la venta: Son los vendedores del restaurante y esto han de tenerlo presente. Pueden formarse en técnicas de upselling, crosselling, etc.
• Manejar bien el estrés: El estrés de sala o el estrés que se vive en la cocina de un restaurante jamás debe transmitirse al cliente.